¿Qué es el burnout autista?
El agotamiento autista es un estado de agotamiento extremo que suele darse en personas con autismo. No es un término médico oficial, pero cada vez lo reconocen más investigadores, asesores y las propias personas con autismo. Este agotamiento se debe al estrés prolongado y a la presión para adaptarse a un entorno que no les conviene.
Los síntomas son similares a los del burnout ordinario: estás muy cansado, tienes dificultades para concentrarte y las tareas cotidianas se convierten en un reto. Pero el burnout autista también viene acompañado de cosas únicas, como una mayor sensibilidad a los estímulos y la incapacidad de suprimir los rasgos autistas (enmascaramiento). Esto hace que sea especialmente difícil hacer lo que antes funcionaba.
Desde un punto de vista médico, no hay diferencia con el burnout normal, pero las causas son distintas. Para las personas con autismo, a menudo es muy estresante vivir en un mundo que no satisface sus necesidades. Es importante comprender estas diferencias para que puedan recibir el apoyo adecuado.
Causas del burnout autista
El agotamiento autista está causado por el estrés persistente y el exceso de trabajo. Puede deberse a diversos factores típicos de la vida con autismo.
Sobreestimulación crónica
Las personas con autismo suelen ser especialmente sensibles a estímulos como el ruido, la luz y las interacciones sociales. Si estos estímulos están presentes durante un periodo de tiempo prolongado sin suficientes oportunidades para recuperarse, esto puede conducir al agotamiento y, en última instancia, al burnout.
Enmascaramiento social
Muchos autistas aprenden pronto que tienen que cambiar su comportamiento natural para ser aceptados en un entorno neurotípico. En este proceso, también conocido como enmascaramiento, las características autistas se suprimen y se adaptan a las normas sociales. Aunque el enmascaramiento puede ayudar a evitar el rechazo, es extremadamente estresante y agota a la persona mental y físicamente. A la larga, puede llevar al agotamiento, porque la persona simplemente ya no es capaz de mantener el enmascaramiento.
Falta de comprensión y apoyo
Otro factor importante es la falta de comprensión y apoyo en el entorno. Si los autistas se enfrentan a expectativas poco realistas o no se reconocen sus necesidades, se crea un estrés adicional. Esto puede aumentar la sensación de aislamiento y contribuir a unas exigencias excesivas.
Grandes expectativas
Las personas autistas, especialmente las que se consideran de «alto funcionamiento», a menudo se sienten presionadas para rendir de un modo que no se corresponde con su energía o sus capacidades. Esta presión puede proceder de la sociedad, del entorno o de ellos mismos. Intentar constantemente cumplir estas elevadas expectativas puede acabar provocando agotamiento.
Tratamiento con el objetivo de cambiar el comportamiento
Las terapias conductuales, como el Análisis Conductual Aplicado (ABA), se utilizan a menudo con niños autistas. El objetivo de estas terapias es cambiar el comportamiento para que se ajuste mejor a las normas neurotípicas. Cuando estas terapias intentan cambiar comportamientos que son auténticos y naturales para el niño, puede resultar traumático. Muchos autistas describen sus experiencias con ABA como perjudiciales, lo que puede llevarles al agotamiento más adelante.
Vivir en un mundo no hecho para el autismo
El núcleo del burnout autista es el estrés constante de enfrentarse a un mundo que no está adaptado a sus necesidades. La lucha diaria por adaptarse a una sociedad neurotípica conduce a una sobrecarga crónica, que en última instancia desemboca en el agotamiento.
Cómo reconocer el burnout autista
Los síntomas del burnout autista son variados y a menudo muy intensos. Pueden variar de una persona a otra, pero hay algunas características comunes.
Síntomas del burnout autista
Cansancio extremo
Las personas con burnout autista suelen experimentar un agotamiento mental y físico abrumador. Esto va más allá del cansancio normal: es una abrumadora sensación de vacío. Incluso después de una buena noche de sueño, la energía permanece ausente. Este agotamiento dificulta la realización de las actividades cotidianas o el cumplimiento de las obligaciones sociales.
Deterioro de la funcionalidad
Uno de los síntomas más notables es la pérdida de habilidades o la incapacidad para realizar tareas que antes no suponían un problema. Esto puede abarcar desde tareas cotidianas básicas, como cocinar o las tareas domésticas, hasta acciones más complejas, como tomar decisiones o planificar actividades.
Problemas de concentración y memoria
Las personas que sufren burnout autista suelen tener dificultades para concentrarse o memorizar información. Parece que el cerebro ya no puede trabajar eficazmente, lo que puede provocar frustración y sentimientos de fracaso.
Mayor sensibilidad a los estímulos
Durante un burnout, la tolerancia a los estímulos suele reducirse drásticamente. Los sonidos, la luz y las interacciones sociales pueden resultar abrumadores. Esta mayor sensibilidad a los estímulos puede provocar una sobrecarga sensorial e incluso estallidos emocionales, como ataques de llanto o crisis nerviosas.
Retraimiento social
Muchas personas con burnout autista se retiran de las interacciones sociales. Esto se debe en parte a que carecen de la energía necesaria para ser sociables, pero también a que las interacciones sociales suelen causarles un estrés adicional. La combinación de agotamiento e hipersensibilidad dificulta enfrentarse a las situaciones sociales.
Dificultades con el enmascaramiento
El enmascaramiento, es decir, suprimir las características autistas para cumplir las expectativas neurotípicas, se hace mucho más difícil con el agotamiento. Esto puede dar lugar a comportamientos autistas visibles, como balanceos o ecolalia (repetición de palabras o frases). Esto puede resultar confuso para quienes les rodean, pero para la propia persona es un signo de sobrecarga grave.
Sentimientos de desesperación y depresión
El agotamiento autista suele ir acompañado de sentimientos de desesperanza y de un mayor riesgo de pensamientos depresivos. La sensación de estar atrapado en una situación sin salida es una experiencia común. Para algunas personas, estos sentimientos pueden llevar a pensamientos de autolesión o suicidio.
Diferencia con el agotamiento «normal
Desde un punto de vista médico, no hay diferencia entre el burnout autista y el burnout normal. Ambos se caracterizan por un agotamiento físico y mental extremo, dificultad para concentrarse, irritabilidad y dificultad para realizar las tareas cotidianas. Los síntomas y los efectos en la vida diaria son similares.
La diferencia radica principalmente en las causas y el contexto en el que se produce el burnout. En el burnout normal, la causa suele ser la presión laboral o el estrés personal, mientras que el burnout autista suele ser el resultado de una sobreestimulación crónica y del enmascaramiento constante de los rasgos autistas. A pesar de estas diferencias en la causa, la recuperación en ambos casos requiere descanso, comprensión y ajustes del entorno para reducir el estrés.
Al reconocer que la base médica es la misma, se puede tomar en serio a las personas con burnout autista y darles el mismo acceso a la atención que a otras personas con burnout. Esto es importante para que no se subestimen o malinterpreten sus síntomas.
Diferencia con otras dolencias psicológicas
El burnout autista es diferente de otros problemas de salud mental, como la depresión. Es importante que los asesores reconozcan esta diferencia, ya que las investigaciones demuestran que los tratamientos que funcionan para la depresión pueden exacerbar, en lugar de aliviar, los síntomas del burnout autista.
¿Has tenido problemas de salud mental en el pasado, como cansancio extremo, dificultades para planificar y organizar y retraimiento de los contactos sociales? ¿Y los tratamientos habituales no te ayudan? Entonces es posible que estos síntomas tengan su origen en un autismo no diagnosticado o mal entendido.
Como el burnout autista no es un diagnóstico oficial, un asesor no puede hacer pruebas específicas para detectarlo. Sin embargo, un asesor puede reconocer signos de agotamiento y hablar contigo sobre la ayuda o los ajustes necesarios.
Si eres autista y notas que te cuesta más enfrentarte a la vida cotidiana, sufres más fatiga o te retraes más a menudo, puede que te estés enfrentando al agotamiento.
¿Qué puedes hacer si sufres burnout autista?
El agotamiento autista requiere descanso y adaptación. Aunque todavía no existen tratamientos específicos, hay pasos que puedes dar para recuperarte y prevenir el burnout en el futuro.
Descansa
Planifica un tiempo sin estímulos ni obligaciones. Evita situaciones con mucho ruido, luces brillantes o presión social. El descanso te ayuda a recuperar tu fuerza física y mental.
Aprender a reconocer y respetar los límites
Es importante que conozcas tus propios límites y los respetes. Abstente de realizar actividades que te exijan demasiada energía y date tiempo para recuperarte.
En busca de apoyo
Busca el apoyo de personas que te comprendan. La familia, los amigos o los compañeros pueden ser una valiosa fuente de apoyo. Habla con otras personas que tengan autismo y que también puedan tener experiencia con el agotamiento. Sus ideas y consejos pueden ayudarte.
Busca ayuda profesional
Considera la posibilidad de contratar a un entrenador, psicólogo u otro especialista que esté familiarizado con el autismo. Asegúrate de que adopta un enfoque favorable a la neurodiversidad para que te sientas comprendido y no haya presión adicional.
Personalizar actividades y tareas
Ajusta tu día según tus niveles de energía. Concéntrate en pequeños pasos y reparte las tareas más grandes en varios días. Si reduces tus expectativas, te sentirás menos abrumado.
Autoaceptación y desenmascaramiento
Aprende a aceptarte tal como eres. Intenta enmascararte menos y permítete ser tu auténtico yo. Esto puede ayudar a reducir el estrés psicológico.
Educación y contacto con compañeros
Lee más sobre el agotamiento autista y aprende a reconocer lo que lo desencadena en ti. Los compañeros que ya se han recuperado pueden darte consejos prácticos y apoyo.
Reduce la presión
Distánciate de las expectativas que te abruman. Reduce tus compromisos, ya sean sociales, laborales o escolares, para darte tiempo para relajarte.
Tomando estas medidas, puedes apoyar el proceso de recuperación y prepararte para afrontar mejor los retos futuros. Aunque la investigación científica sobre el burnout autista sigue siendo limitada, la experiencia de la comunidad autista sugiere que este enfoque puede ayudar.
¿Cómo se puede prevenir el agotamiento autista?
Prevenir el agotamiento autista consiste en reducir el estrés y la sobrecarga creando un entorno que satisfaga las necesidades de las personas con autismo. He aquí algunas formas prácticas de prevenir el agotamiento:
Planifica un descanso y relajación regulares
Asegúrate de programar conscientemente tiempo para relajarte. Esto puede significar crear momentos sin estímulos o realizar actividades que te aporten energía, como la estimulación (movimientos que tienen un efecto calmante).
Crear un entorno de bajo estímulo
Un entorno que ofrezca menos estímulos ayuda a evitar el sobreesfuerzo. Evita las luces brillantes, los ruidos fuertes o las habitaciones abarrotadas. Esto se aplica tanto en casa como en el trabajo o la escuela.
Comunícate abiertamente sobre las necesidades y los límites
Sé sincero sobre lo que necesitas para funcionar bien. Esto puede significar pedir un lugar de trabajo tranquilo, más descansos o menos compromisos sociales.
Aprender a decir «no
Ten el valor de decir «no» a los compromisos que consumen demasiada energía. Prestando atención a tus límites, evitas sobrecargarte.
Expectativas realistas y abandonar el perfeccionismo
Márcate objetivos alcanzables y libérate de la presión de tener que ser siempre perfecto. Las expectativas poco realistas pueden provocar estrés y contribuir al agotamiento.
Vivir en un entorno favorable a la neurodiversidad
Un entorno en el que los autistas puedan ser ellos mismos ayuda a prevenir el agotamiento. Esto significa, por ejemplo, que los estímulos u otros rasgos autistas no se desalientan, sino que se aceptan. Si alguien da palmadas para regularse, este comportamiento no debe reprimirse, sino respetarse.
Haz sitio para la regulación
Las personas autistas suelen necesitar momentos en los que puedan retraerse o satisfacer sus necesidades sensoriales. Asegúrate de que este espacio esté disponible, tanto físicamente como en tu horario.
Educación sobre el burnout y el autocuidado
Infórmate sobre las causas y los signos del agotamiento autista. El conocimiento puede ayudar a reconocer el estrés en una fase temprana y a tomar medidas para reducirlo. Los autistas también pueden beneficiarse mucho de la información y el apoyo de otros autistas que ya lo han experimentado.
Centrarse en soluciones a largo plazo
Para prevenir estructuralmente el agotamiento, es importante situar las voces de los autistas en el centro de la investigación y la política. Desarrollar soluciones que respondan realmente a sus necesidades reduce el riesgo de sobrecarga dentro de la comunidad autista.
Se trata de comprender la diversidad neurodinámica, adaptarse a ella y aceptarla. Con el apoyo y el entorno adecuados, a menudo puede prevenirse el agotamiento autista.
Desarrollo y reconocimiento del burnout autista
El término «burnout autista» surgió a finales de la década de 2000 en comunidades autistas como el foro online Wrong Planet. A partir de entonces, el término fue ganando cada vez más atención, también gracias a las redes sociales. En plataformas como Twitter, se debatió ampliamente con hashtags como #AutisticActually y #AutisticBurnout. Como resultado, el término creció y se convirtió en un tema importante tanto en la comunidad autista como en la investigación.
En la década de 2010, los científicos también empezaron a tomarse el concepto más en serio. Se reconoció como un fenómeno con validez ecológica, similar a otros términos del movimiento de la neurodiversidad. Cuestiones como el enmascaramiento autista, el camuflaje y el «encaje» (fingir ser neurotípico) se mencionan a menudo al mismo tiempo que el burnout autista. Además, el término burnout autista está relacionado con el meltdown autista, aunque son experiencias diferentes.
La investigación sobre el burnout en personas autistas aún está en pañales. La mayoría de las investigaciones son cualitativas y se centran en las experiencias de las personas autistas. No obstante, este creciente reconocimiento ya ha contribuido en gran medida a aumentar la comprensión y la concienciación sobre los retos particulares a los que se enfrentan las personas autistas.
Conclusión
El burnout autista parece médicamente similar al burnout ordinario, pero las causas y el contexto lo convierten en una experiencia única. La sobreestimulación crónica, el enmascaramiento social y la falta de comprensión suelen desempeñar un papel importante. Si comprendemos estas diferencias, podremos ofrecer un mejor apoyo y soluciones adecuadas.
El consejo más importante: sé amable contigo misma. Escucha las señales de tu cuerpo y de tu mente, descansa cuando lo necesites y busca apoyo en un entorno que te acepte como eres. Con comprensión y adaptación, podrás recuperarte y seguir adelante con más fuerza.
Más información
- Entender el burnout autista
Esta página de la Sociedad Nacional de Autismo ofrece una explicación exhaustiva del agotamiento autista, incluidos los síntomas, las causas y las estrategias para recuperarse. Autismo Reino Unido
Recursos
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